Agüita solidaria para el calor

Qué gustito y qué fresquito cuando uno se baña de “gañote” en las piscinas de Jaén. Con lo que nos gusta a los jienenses cualquier cosa que sea gratis, de “gañote” que se dice aquí, vamos. Es tan grande el corazón de quienes nos gobiernan (veremos a ver si un día no se les sale del pecho y cae rodando por La Carrera semipeatonal) que nos van a dejar algunos días gratis a la piscina, los que más calor haga, seguro, que los políticos de hoy en día cuando toman una medida se asesoran adecuadamente (incluso Camps se tomaba medidas porque aunque los trajes fueran regalados si sientan bien, mucho mejor). Pues eso, piscinas gratis para todos (perdón, y todas). Y ya que estamos en este camino, no estaría mal que de una vez se arreglase aquel paraje de los Cañones, el paso de la piscifastoría y el acceso al ‘chilanco del civil’, mientras que se aclaran con la presa, digo yo, que anda que no era barato aquello y no estaba fresquita el agua, sin cloro, ni ácido, ni antialgas, ni... Pues eso.

Hola julio, adiós al resto

Ya está aquí julio, que es un mes muy simpático, calentito y, lo peor, que viene seguido de otro también muy dicharachero y cálido. ¡Qué alegría! Cuánta dicha ver cómo este dichoso eterno retorno nos quita más que nos trae. Nos quita las matutinas (bueno, a veces vespertinas) columnas de Tíscar, aunque sigue sin marchar. Nos cierra media ciudad, las cafeterías de los desayunos, la panadería de las magdalenas, el quiosco de la esquina, la programación cultural, los conciertos, los teatros, las inauguraciones, las copas de vino español, ahí es nada. Todo eso se lleva el caprichoso julito de las narices. Y por si fuera poco, este año nos deja las obras del tranvía, las de los planes alfabéticos y el apagón analógico, que mi vecina no hace más que preguntarme qué día es el apagón ese que ella piensa no encender ni una vela. “Que somos muy derrochones”. En fín, viene julio y medio Jaén vuelve a morirse de asco sin un duro en el bolsillo y sin los aires acondicinados de los bares para que estés en la terraza.

Las cosas que nos crispan

En la extensa lista de situaciones y sucesos cotidianos que más crispan a la mayoría de los mortales (que aunque no he hecho ninguna encuesta me permito aplicar el método deductivo desde mi propia experiencia como hacen algunos periodistas y no precisamente en artículos de opinión) destaca, pobres fumadores, la quemadura en el dedo corazón cuando, tras colocar el cigarrillo entre los labios trascurren algunos segundos hasta que acudimos a encenderlo porque alguna trivial tarea nos ha entretenido, y tras la primera calada, comprobamos dolorosamente que el cigarro ha quedado adherido al labio inferior, con lo que nuestros dedos índice y corazón no logran capturarlo y viajan desde la boquilla hasta el clavo incandescente con resultado de quemadura en el dedo y labio despellejado. ¡Qué coraje! No menos irritante es la de salir de la ducha y comprobar cómo la anterior bañista (generalmente mujer) se ha llevado las dos toallas, una cubriendo su cuerpo y otra su cabello; o ver cómo la yema del huevo (para la que tenías preparada una barra de pan) se rompe al caer al aceite caliente de la sartén. Esas son algunas de las cosas que suceden a diario y que se repetirán miles de veces a lo largo de nuestra vida, que dan mucho coraje y que son difíciles de evitar, por no decir imposibles. Pero luego están otras pequeñas cosas, también diarias, que leemos todas las mañanas en los periódicos, que escuchamos en las radios y vemos en los televisores que crispan más, si cabe. Qué coraje da ver cómo barrios de la ciudad como el Bulevar o El Tomillo dejan de existir en sus reivindicaciones vecinales porque sus presidentas dan el salto a la vida laboral municipal. O que políticos que viven cómodamente de las administraciones nos digan que es de día en plena noche y se queden tan panchos. O que se sigan usando fondos públicos con fines particulares. ¡Qué coraje! Pero estas cosas sí se pueden evitar o al menos denunciar. O llamarlas por su nombre: indignidades, robos, abusos. ¿Se les ocurren algunos calificativos más?