La importancia de sentirse ‘pueblo’

Me ha pasado como cuando cayó el muro de Berlin (aunque por supuesto en esto tampoco soy muy original y supongo que habrá millones de personas que piensen lo mismo). Había perdido yo la fe en aquellas consigna comunista que decía que “el pueblo unido jamás será vencido”. Me trae recuerdos de otros tiempos, de aquellos veranos en Madrid y mi tío Paco hablando de las fiestas del PCE. De las clases de Pura Peinado y Miguel Conejero y de cómo idolatrábamos el comunismo, de aquel viaje a Moscú y de los encierros en la facultad protestando por la tercera vía.
Los acontecimientos de Túnez, con el pueblo echado a la calle para poner fin a la dictadura, y como efecto dominó el clamor del pueblo egipcio contra una terrible dictadura que supera ya el medio siglo me han devuelto la esperanza (y a hora los jordanos) y ha hecho que vuelva a creer en aquello de que el pueblo es soberano. Al menos, ahora tengo la certeza de que no se pueden ‘tocar las pelotas’ con tanta mala leche y durante tanto tiempo. Es como el niño del colegio al que el chulito de la clase le da un cogotazo todos los días y le quita el bocadillo de chorizo (¡qué rico!). Pues llega un momento en el que se arma de valor y con un buen palo (mejor que sea de olivo y hacemos patria) le endiña en todas las costillas. Y se acabaron las tonterías, que no quiere decir esto que justifique yo la violencia, pero que muchas veces una buena hostia... Lo único que sí hay que saber en estos casos (por eso lo de la importancia del pueblo) es que cuando se levante el chulito del suelo le va a dar la del pulpo al del palo de olivo, a no ser que se haya rodeado de un nutrido y descontento ‘pueblo’. Por eso es esperanzador que todos los niños que están hartos en el mundo de que le roben el bocadillo todos los días, se levanten y digan que se acabó. Que lo hagan los marroquíes, los iraníes, los cubanos; y después, cuando todos ellos sean libres y puedan elegir a sus gobernantes, que nos enseñen a nosotros, los demócratas, cómo se pone fin al abuso y la opresión.

Los años en los que no se prohibía

Cualquier tiempo pasado fue peor, mejor.... Lo que está claro es que ya pasó y que los años, como quedó claro en la velada musical del pasado sábado en la sala Kharma, despobló los ‘tupés’ y puso chepas donde antes había parches de grupos de rock. Cuatro grupos de los años ochenta se dieron cita en uno de los pocos locales privado que apuesta por la música en directo en la ciudad para ver a ‘La Mística Sonrisa’, que fueron los ganadores del primer concurso Lagarto Rock allá por 1987; a ‘Reserva del 56’, donde hizo sus primeros pinitos Emilio, quizá el mejor vocalista del rock que ha tenido esta ciudad; a ‘Rom Rockers’ y su desenfadada puesta en escena; y ‘Lola nos quiere’, que aunque se formaron como banda fue en 1991, era el único grupo en activo tras la primera década de este aburrido siglo XXI. Y menuda banda del siglo pasado.
A los de David les han sentado muy bien estos veinte años y la sala Kharma fue testigo de ello. La sala y un buen puñado de aficionados a la música de esta ciudad, que frecuentan las contadas citas que se celebran desde aquellos años de heavies, rockers, punkies y mods. Pocos jóvenes de las nuevas bandas de la ciudad (ahora saldrán unos cuantos diciendo que ellos estaban). Poco respeto por los músicos que se partieron la cara durante muchos años por un sueño y por una ciudad ‘afinada’. A la iniciativa de Emilio ‘el printin’ no le faltó de nada, ni si quiera un magnífico fanzine, al uso de aquellos años, elaborado por el ilustre letrado Pedro Tomás Colmenero (por cierto,¿para cuándo un libro suyo sobre la historia de la música en Jaén?) y otro histórico de las publicaciones y el diseño en la ciudad, Paco Fuentes. Pero sin duda lo mejor de toda la velada fueron las palabras de Pedro Tomás Colmenero al final de los conciertos, cuando recordó que por aquellos años estaba prohibido prohibir. Lo peor, que dos grupos hicieran amago de fumar un cigarro y no se lo encendieran. Sin duda han pasado los años. Pero, ¿alguna de las bandas de ahora se atrevería si quiera a sacarlo?