¡Indignaos!

'¡Indignaos!’ es un pequeño libro de treinta páginas que está revolucionando Francia y que ahora ha sido editado en España. Es un “alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica”, escrito por Stéphane Hessel, un alemán con nacionalidad francesa que tiene 93 años. Según recoge la página web que promociona este manifiesto, Hessel fue “un activo luchador de la resistencia francesa, capturado y torturado por la Gestapo en 1944, después deportado a Buchenwald en donde dos días antes de ser ejecutado pudo escapar al destino cambiando su identidad por la de otra persona fallecida. Escapó, fue capturado, volvió a escapar... Ingresó en Naciones Unidas siendo uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos”.
La edición en español está prologada por el escritor José Luis Sampedro, que también tiene 93 años. Resulta curioso que sean dos personas nacidas en 1917, con 93 años, en un momento en el que la vejez es más un problema que un activo, las que remuevan las entrañas del pensamiento social de este decadente inicio del siglo XXI. “En situaciones como la presente, no debe existir espacio para la resignación o la apatía' afirma. Hessel en su alegato. Todos debemos estar indignados. Todos debemos alzar la voz contra los responsables de la situación actual. Debemos estar indignados por la vergonzosa y mediocre clase política y sindical que aún cree que quedarán impunes todos sus escándalos, fruto del servilismo y clientelismo político que pronto debe ver la luz al final del túnel si todos nos indignamos, si todos dejamos de mirar a otro lado. Dice Hessel, el autor del libro: “La situación actual es causa de la dictadura de los mercados, la ausencia de regulación de los sistemas de financiación ha convertido al mundo en un lugar muy injusto, con el consentimiento de los políticos o la omisión de cumplir su obligación convirtiéndose en unas marionetas a voluntad de los mercados en vez de luchar por conseguir una sociedad basada en valores”. Tenemos razones suficientes para estar indignados, por lo tanto: ¡Indignaos!